domingo, 23 de noviembre de 2008

En Zuheros (Córdoba)


Si me preguntáis hace una semana, os hubiera dicho que no tenía ni idea de dónde estaba Zuheros. Fue gracias a un amigo (eh, Rubén! :-) Gracias!) que supe de este pueblito. Me dijo que fuera a verlo, que seguro que me iba a gustar. Rubén, acertaste de pleno, me ha encantado.

Pero vayamos por orden. Me fui a ver Zuheros este domingo, me fui con mi Pilar, pensando en que la primera parada sería en Fuencaliente, para desayunarnos con unos churros. Es que a mi Pilar le gustan muchísimo los churros y esto es algo que siempre hago por ella; de hecho, ya tenemos clasificado el pueblo con los mejores churros de la provincia de Ciudad Real! Eso otro día os lo cuento. De otra vez que estuve en Fuencaliente tenía localizada la churrería, así que nos fuimos derechitas.

Cafetería Churrería Lupo! No tengo la dirección, pero está justo entre la iglesia y el balneario, no tiene pérdida. Yo pensaba que nos pondrían los churros en un barecito que hay, pero no, nos mandaron a un tenderete de esos de feria que había enfrente de la cafetería. Qué rabia que no he podido tomar una foto, pero aquello era pa verlo! Los palos requemados, el churrero que parecía que hacía un mes que no veía una ducha, el perol donde ponía los churros picoteado de óxido, con un cartel escrito a boli los precios de los churros: 1, 30 céntimos; 2, 60 céntimos.., así hasta 20, pa que no le hagan pensar al churrero ni os confundáis con el cambio.

Los churros eran un churro (qué cosa más rara y deforme), pero eso sí, estaban bien ricos! Así que si no sois demasiado aprensivos, si pasáis por allí id a probarlos. Daos prisa, que como pase un inspector de Sanidad, aquello no les dura abierto.

Y con fuerzas renovadas, seguimos para Zuheros. Pasamos de refilón por el Valle de los Pedroches, otro día habrá que volver a ver si el jamón de esta zona es tan bueno como dicen. Pero hoy no, hoy tocaba Zuheros. Y allí que nos fuimos, allí que llegamos.

El pueblo me ha encantado. Como unos 4 km antes de llegar, ya empiezas a ver un pueblecito todo blanco, como colgado en el valle entre dos montañas. Tomadlo con calma en la carretera, que es estrecha e intrincada. Y si podéis, dejad el coche a la entrada del pueblo, que correis el peligro de dejar el coche encajonado en alguna calleja!

No dejéis de visitar la Cueva de los Murciélagos (impactante! 700 escalones de subida y bajada casi vertical, estáis avisados), y el castillo, y alguno de los varios museos que salpican el pueblito. Pero sobre todo, no dejéis de recorrer sus calles, hay un ambiente de otros tiempos, irreal, dulce... Lo único que he lamentado es que el sol se ponga tan pronto, me hubiera gustado quedarme un par de horas más dando vueltas por esas callecitas encaladas.



Tanto a mi Pilar como a mí nos ha gustado muchísimo. Para rematar el día, nos quedamos a comer en Los Palancos. Es una terraza situada enfrente del Castillo, aunque también tiene restaurante en el interior. Interior que por cierto tiene decorado el dueño con fotos suyas y unos cuantos personajes famosos (de la plantilla del Real Madrid, en su mayoría). Mi Pilar y yo nos cogimos algo ligero para comer, porque aún nos quedaba un buen trecho para volver a casa. Ensalada con queso de cabra caliente, paté de perdiz, y unas setas, y un postrecito especialidad de la casa, y la cuenta señor camarero que nos vamos!

Precio? Vaya, estaban bien. Volveré? Me encantaría!!! Qué pena que esté tan lejos de casa. La nota curiosa? Preguntad por Maripili, es la ciudadana más ilustre de Zuheros.

Dónde está: plaza de la Paz, s/n.


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